¿Estás en mentalidad de abundancia o de escasez?
Nuestra mentalidad determina nuestra experiencia de vida y define la energía desde la que actuamos
Si nuestro estado mental determina la calidad de nuestras acciones, ¿cuán poderoso es aprender a notar ese estado y cambiarlo si es necesario? No queremos operar en piloto automático si eso significa jugar en pequeño, bloquear las oportunidades y postergar la alegría. ¿Cierto?
Nuestra mente no es un caballo salvaje. Sé que a menudo se siente como si lo fuera. Parece como si estuviéramos secuestrados por nuestros pensamientos y nos abruman las historias destructivas que nos contamos a nosotros mismos. Las creemos como verdades absolutas y nos ahogamos con la noción de todo lo que nos falta, con lo que no funciona, con todas las “razones” que demuestran que las cosas no van a cambiar. Sin embargo, conocer la mente y aprender a domarla es posible para cada uno de nosotros. ¡Es extraordinario hacer de nuestra mente nuestra amiga y desbloquear su poder!
Así que, empecemos.
Aquí tienes un ejercicio práctico para empezar a hacerte cargo de tu mentalidad:
Trae a la mente cómo piensas, cómo te sientes en tu cuerpo, cómo es tu postura, cómo tomas decisiones, te relacionas con los demás, tomas acción, y te sientes sobre ti mismo cuando estás en una mentalidad de escasez. Haz una lista para que identifiques claramente cómo operas cuando estás en ese estado.
Ahora, después de terminar con esa primera lista, haz el mismo ejercicio para cuando estás en mentalidad de abundancia.
¿Puedes ver y sentir la diferencia?
Esto es lo que he notado en mí, por si te sirve:
Mentalidad de escasez
Toda la atención en lo que me falta; mente dispersa; pensamientos negativos/destructivos; cautela al soñar y plantear objetivos; dudosa; con miedo (voz alta); contracción en el cuerpo; vergüenza por lo que no he logrado; angustia constante; veo problemas en todo; procrastino; me disperso; necesitada y aferrada a lo que tengo; necesidad constante de validación externa; estado de víctima: el “mundo” está contra mí; me acerco a las cosas y a las personas desde un lugar de pequeñez y baja autoestima; como más y con ansiedad; me comparo con los demás; me juzgo a mí misma y a los demás; sentido de sacrificio y obligación; me siento fea; no veo la belleza en mi entorno; aversa al riesgo; me resisto al cambio; avara; sensación de estancamiento y de bloqueo.
Mentalidad de Abundancia
Agradecida por lo que tengo; presente ; pensamientos positivos/útiles; sueño y fijo objetivos con libertad; en confianza; intuitiva (voz calma); expansión en el cuerpo; orgullosa o segura de mis progresos; calma; veo soluciones; estoy centrada; suelto fácilmente lo que ya no me sirve; mayor auto-reconocimiento; empoderada: soy dueña de mi experiencia de vida; me acerco a las cosas y a las personas desde un lugar de confianza y alta autoestima; como para nutrir mi cuerpo; veo a los demás como inspiración; soy compasiva conmigo misma y con los demás; sentido de elección y motivación; me siento guapa y sexy; me doy cuenta de la belleza que me rodea; abierta a nuevas oportunidades; aventurera; generosa; sentido de posibilidad y crecimiento.
Aterrizando cómo es esto para ti, podrás detectar más rápidamente cuándo estás en una mentalidad de escasez, romper el ciclo, desidentificarte de tu flujo de pensamientos y no creerte las historias que te estás contando.
Entonces, ¿qué necesitas para el desbloqueo y que esto tenga realmente efecto? Como siempre he dicho, hay 3 elementos clave para la transformación:
Conciencia: ver lo que ya no es útil. No puedes cambiar lo que no conoces. Por lo tanto, ¡hacer la mencionada lista detallada!
Intención: tener la intención honesta de soltar o hacer un cambio. Asumo que si sigues leyendo es porque tienes la intención de tener mayor control sobre tu mente.
Acción: tomar acciones alineadas. Por muy incómodo que sea, hay que emprender una acción comprometida para que haya transformación. Pequeños, sencillos y constantes pasos son siempre la mejor manera de reemplazar las viejas formas por las nuevas. Cada vez que notes que estás en mentalidad de escasez, ¡tómate un descanso! Haz algo para interrumpir el patrón de pensamiento. Por ejemplo: cambia la postura de tu cuerpo, recuerda algo que te haga reír, haz respiraciones profundas, haz una lista de lo que agradeces, mueve tu cuerpo, anota lo que sí tienes (sin acompañarlo de un PERO….), sal a pasear y sonríe a un extraño, pon un temporizador de 20 minutos en tu teléfono para concentrarte en hacer una sola cosa que quieras hacer…
Todos oscilamos entre la mentalidad de escasez y la de abundancia, pero hay momentos y áreas de nuestra vida en los que somos más propensos a estar en la mentalidad de escasez. Como menciona la Dra. Tara Swart en La Fuente “Esta es una respuesta natural y, hasta cierto punto, racional, pero si tenemos en cuenta que muchos de nosotros vivimos en un estado de estrés casi constante, es fácil ver cómo una mentalidad de carencia puede tomar el control, dejándonos atascados en una rutina e incapaces de progresar al siguiente nivel”.
¿Puedes pensar en el área o áreas de tu vida en las que actualmente operas predominantemente desde una mentalidad de escasez? ¿Cómo afecta esto tu a vida diaria y a la forma en que persigues tus sueños?
